miércoles, 2 de mayo de 2007

Arena IX: Laberinto: nociones básicas.


Creo que llegado este momento es oportuno definir El Laberinto, ya que es menos sencillo de lo que parece a primera vista.
Paolo Sartancangeli, en su "El libro de los laberintos" (libro que recomiendo encarecidamente, publicado por la ed. Siruela y prologado por Umberto Eco, otro estudioso del laberinto, principalmente en su novela El nombre de la Rosa) llega a clasificar los laberintos en doce apartados, atendiendo a su forma, casualidad, esquema, bi o tridimensionalidad, etc.
Es evidente que el número de laberintos es infinito.
Pero aquí voy a excluir tantas sub-divisiones y a poner en segundo plano el concepto de laberinto que se aplica como metáfora de intrincado, confusión o irresolución, segundo plano que dará un paso adelante cuando lo considere necesario para apoyar como antítesis a la noción circular y de trazado místico del laberinto clásico.
En nuestro caso, con la simplicidad que nos permite el medio en que estamos, (esto es un blog, que dicta y pide una cierta brevedad en los planteamientos y en las entradas), clasificaremos sólo dos tipos de laberinto.

1.- Los laberintos clásicos de tres, siete, once, etc, circuitos. Que son herramientas de conocimiento, si se me permite llamarlos así y que siempre tienen salida, pues su objetivo no es perder o extraviar, sino todo lo contrario. Este laberínto se acerca más a la tercera acepción del diccionario que dice: "Composición poética hecha con tal artificio, que los versos pueden leerse al derecho y al revés y de otras maneras sin que dejen de tener cadencia y sentido", de todas formas no nos fiemos mucho del diccionario, que a veces necesita de una modernización y otras veces necesitaría revisitar conceptos y sinónimos que se han ido perdiendo con el tiempo.

Laberinto clásico de tres senderos.

Laberinto clásico de siete senderos.


Laberinto Dédalo, Una entrada y una salida diferenciadas.

Y 2.- Los laberintos-dédalos. Espacios para perderse, para retener o desorientar. con varios recorridos alternativos, uno de los cuales al menos conduce a la salida. (hay un truco para salir de ellos que consiste en recorrer el laberinto sin dejar de tocar con una mano la pared derecha o la izquierda y no cambiar la trayectoria. El conocimiento de este truco ha hecho que los constructores hayan hecho dédalos en los que esta ley no se cumple, pero esta es otra historia).

Básicamente cuando hablo de laberinto me refiero al primer tipo. Pero me permito citar en casos excepcionales como ejemplo a los dédalos, ya que esto es un estudio lúdico. No en vano laberinto etimológicamente proviene de la unión de dos palabras:

1.- Labra - gruta, caverna, mina (¿no os suena de algo, Mino-tauro?)
Labirion - Galeria subterránea cavada por el topo
Labur - Piedra, cantera.
2.- Inda - Jugar, juego de niños

Otra cosa para terminar. Confundir, en el caso de los laberintos, no es sinónimo de perder o de dificultar, sino de hacer reflexionar.

No hay comentarios: