lunes, 8 de octubre de 2007

Textos para marear a los nómadas XIII: Alicia revisitada


En Lógica del sentido, Gilles Deleuze dice que Carroll hizo la primera gran escenificación de las paradojas del sentido, recogiéndolas, renovándolas, inventándolas o preparándolas. Deleuze es un autor bastante complicado de leer, pero sabe explicar aspectos importantes que han permitido la caída de muchas pequeñas dudas, pequeñas resistencias.



Es verdad que Deleuze a través de los dos capítulos de Lógica del sentido dedicados a Alicia, pretende arrojar luz sobre nuestras ideas banales y comunes de la construcción del sentido. Éscribe que el sentido es un vapor que se encuentra en el horizonte y, por consiguiente, pareciera ser impalpable. Nos dice que siempre nos encontramos frente a un doble constituido, por una parte, de la cadena de las cosas (la materialidad de las cosas, los cuerpos, etcétera) y, por la otra, de la incorporeidad, de la inmaterialidad de las ideas, de las imágenes, de los fantasmas o de los simulacros como él mismo se expresaba. En el fondo pienso que sugiere el hecho de poder cruzar en algún punto estas dos dimensiones.
Esto nos parece normal hoy en día, no es para nosotros un argumento “novedoso”, pero no hay que olvidar que los dos libros de Alicia fueron escritos en 1865 y 1871, mucho antes de que el movimiento Dadá o el surrealismo empezaran a plantearse estos temas.
¿Por qué Deleuze en Lógica del sentido quiso recuperar a Lewis Carroll y sus juegos con el lenguaje? Yo diría que intentó recuperar la necesidad del humor en el Arte. Que nos intentó avisar de que si el Arte se toma "seriamente" se bloqueará automáticamente en una suerte de sedentarismo. Los artistas tenemos una posibilidad: construir un juego humorístico que nos lleve a un segundo terreno en el que se le da la vuelta al discurso filosófico. Una escena teatral que complementa y enriquece la lógica del sentido sobre la escena filosófica.



1 comentario:

Sintagma in Blue dijo...

El humor siempre es un plus en toda obra.