Inventos.
Es curioso lo que pasa si reflexionamos en algunos de los pequeños pero grandes inventos del siglo XX, como por ejemplo El Chupa-chups o la Fregona, la cuchilla de afeitar o el Polo helado.
Si nos damos cuenta, y analizamos lo esencial, todos tienen algo en común: son inventos anteriores, fácilmente reconocibles por todos nosotros, con la única adición de un mango.
¿Estará el truco de la renovación del funcionamiento de las cosas en añadirle un simple palo a algo? ¿Bastará con eso?
Vamos a detenemos en otra cuestión. ¿Por qué funcionan, se hacen populares o son lucrativos algunos inventos y otros no? ¿Por qué funciona la bayeta con soporte y no funciona el barro transparente? ¿Por qué funciona el helado con palito y no funciona el libro autodestructivo? ¿Por qué funciona el caramelo con palo y no funciona el vaso con bigote?
(El artista Oscar Domínguez en su obra “Los Dos que se cruzan” se refería a este último invento, llamado “vaso con bigote para escapar de la policía”, y que consistía en un vaso de cristal con un bigote falso, del tamaño lo más importante posible, encolado en el borde del vaso; al portador del mismo le bastaba con llevarse el vaso a los labios. en el momento de la repentina redada policial, para volverse momentáneamente irreconocible).
Repito: el porqué el palo con caramelo o con bayeta funciona y no funciona el bigote con vaso es un misterio para mí. Claro que si entendiera en cada momento la utilidad comercial de las cosas, utilizaría esas habilidades para unas labores, digamos, más lucrativas, y quizás a mi equilibrio interior le resulte más interesante actualmente darle más importancia a los inventos que a los demás les pueden parecer inútiles.
Bi gote, my friend, que diría Bruce Lee.
Por cierto, también, si vamos al concepto esencial del asunto, todo este tema de la Viagra también es ponerle un palito a algo.
El domingo de Oscar.
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