domingo, 2 de junio de 2013

Werner Aspenström


Mientras tanto

¡Nadie pregunta ya por el ave Fénix,
tan hermosa y tan bien esmaltada
y que existe en tres tamaños!
Cada mañana descienden con sus aves
la empinada escalera que lleva al puerto,
con la esperanza de que atraque allí,
como antes, algún barco con compradores
y turistas de tierra firme .

¡Nadie,
por muy enérgicamente que gesticulen!

No faltan gentes con gran habilidad artesanal.
Podrían fabricar armas de fuego,
chalecos antibalas, máquinas tragaperras
y otras cosas que pide a gritos el mercado.

Por ahora siguen copiando,
cociendo y dorando el Ave,
que se levantará de sus cenizas.

La cárcel

El preso que raspó con la uña.
El carcelero que comió del pan.

La rata que hacía crujir la paja
El monótono cascabel del corazón.

Murieron y tú no estuviste con ellos.
Van a morir, madrugada tras madrugada
y nunca estarás con ellos.

Los hombres de la belleza y de las profecías
siempre están en la lejanía.

Sólo la temblorosa mariposa nocturna
encuentra la entrada a través de la reja. 



Werner Aspenström (01/01/1918 - 01/01/1997) Suecia

Traducción: Francisco Uriz

No hay comentarios: