viernes, 24 de agosto de 2007

Textos para marear a los nómadas XI: Amargo

Imagen de Christian Coigny

A veces simplemente con pensar en los multiples significados, exactos o no, de las palabras de nuestro propio lenguaje, podemos descubrir cosas esclarecedoras de lo irreal (o real, o surreal) de la existencia.
Por ejemplo la palabra AMARGO.
En mi tierra decimos amargo con una acepción de significado más suave que el que tiene AMARGURA. Una persona se "queda amarga" cuando se disgusta porque no ha podido realizar algo que pretendía. "Me quedé amarga porque no pude ver a tu madre".
¿No es preciosa la expresión?
AMARGO es uno de los sabores que actualmente casi no forma parte de la comida occidental.... Salado, dulce y ácido están en un puesto más alto en la primera linea de una supuesta clasificación de sabores en los restaurantes de moda. Deberíamos investigar más el amargor en la comida.
Sabor y saber son dos palabras casi iguales. Los indigenas americanos incluyen el sabor amargo como otro componente de su alimentación y/o de su sabiduria y conocimiento místico.
Cuando te das un fuerte golpe en la cabeza, te recorre el cuerpo un sabor amargo característico como el de la hiel; cuando es especialmente intenso produce una sensación desagradable y duradera.
Gerardo Camacho tuvo un accidente en su juventud en el que se golpeó fuertemente la cabeza contra una pared al perder el control de su bicicleta. El sabor amargo acompañó a una pérdida de conciencia breve pero intensa acompañada del consabido repaso rápido del amplio espectro de su vida.
Desde entonces cree que el viaje en el tiempo es posible si se golpea uno correctamente en la cabeza. Va por las esquinas golpeándose, intentado repasar los episodios de su vida anterior y futura que no recuerda correctamente.

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