lunes, 20 de agosto de 2007

Textos para marear a los nómadas IX: Museo 3


A veces nuestros propios disfraces desfilan por las calles del museo.
Pasan, con sus menús invisibles bajo el brazo, en los que llevan anotados sus catálogos de sonrisas y esquemas de obediencia.
Nos vamos convirtiendo en invisibles o, mejor aún, en paisaje.

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