miércoles, 25 de junio de 2008

Arte: Dante Gabriel Rossetti

How they met themselves, de Dante Gabriel Rossetti.



El Doble

Sugerido o estimulado por los espejos, las aguas, y los hermanos gemelos, el concepto del Doble es común a muchas naciones. Es verosímil suponer que sentencias como , de Pitágoras, o el platónico se inspiraron en él. En Alemania lo llamaron el Doppel­gaenger; en Escocia el .Fetch, porque viene a buscar (fetch) a los hombres para llevarlos a la muerte. Encontrarse consigo mismo es, por consiguiente, ominoso; la trágica balada Ticonderoga, de Robert Louis Stevenson, refiere una leyenda sobre este tema. Recordemos también el extraño cuadro How they met themselves, de Rossetti; dos amantes se encuentran consigo mismos, en el crepúsculo de un bosque. Cabría citar ejemplos análogos de Hawthorne, de Dostoiewsky y de Alfred de Musset.
Para los judíos, en cambio, la aparición del Doble no era presagio de una próxima muerte, Era la certidumbre de haber logrado el estado profético. Así lo explica Gershorn Scholem. Una tradición recogida por el Talmud narra el caso de un hombre en busca de Dios, que se encontró consigo mismo.
En el relato William Wilson, de Poe, el Doble es la conciencia del héroe. Éste lo mata y muere. En la poesía de Yeats, el Doble es nuestro anverso, nuestro contrario, el que nos complementa, el que no somos ni seremos.
Plutarco escribe que los griegos dieron el nom­bre de “otro yo” al representante de un rey.

Jorge Luis Borges con Margarita Guerrero. El Libro de los seres imaginarios.