Una manera de seguir dibujando o escribiendo DESPUÉS DE MUERTO, es una propuesta que nos hace la diseñadora Nadine Jarvis.
Su idea es convertir en aproximadamente 240 lápices el carbón resultante de la cremación de cada cadáver. Cada lápiz lleva impreso el nombre de cada finado y su fecha de nacimiento y muerte.
El Producto resultante se entrega en un plumier-ataud bastante sobrio.
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